miércoles, 20 de mayo de 2015

La Herbolaria es importante en la Fisioterapia

Aplicaciones de la fitoterapia

La fitoterapia es una forma milenaria -tan antigua como el hombre- de curar e incluso prevenir las enfermedades mediante el uso de las propiedades medicinales de las plantas o de una parte de ellas (hojas, raíces, corteza), que se utilizan en diferentes formas:
  1. Tisanas.
  2. Infusiones.
  3. Extractos.
  4. Macerados.
  5. Píldoras.
  6. Ungüentos.
  7. Lociones, etc.
Sin embargo, el desarrollo científico y tecnológico ha permitido identificar las sustancias activas de las diferentes plantas, que luego se han sintetizado y con las que se han desarrollado numerosos medicamentos, desplazando en la mayoría de los casos a las propias plantas de las que proceden.
No obstante, en la actualidad los laboratorios farmacéuticos continúan investigando con plantas de todo el mundo con el fin de descubrir principios activos que permitan obtener y desarrollar nuevos fármacos, que primero son probados en el laboratorio para determinar su seguridad, su toxicidad y antes de tratar de demostrar su eficacia clínica en ensayos clínicos controlados.
Ello no quiere decir, sin embargo, que la fitoterapia no sea eficaz y segura. Una sola planta puede contener numerosas sustancias o principios activos de acción de acción terapéutica, por lo que cada una de ellas puede ser utilizada en el tratamiento de diferentes enfermedades. La utilidad de cada una de ellas o, si se prefiere, sus propiedades curativas vienen determinadas fundamentalmente por la experiencia adquirida a lo lardo de muchos siglos y culturas diferentes.
El problema radica en que, pese a su milenarismo, la fitoterapia -salvo algunas excepciones- no se ha sometido al método científico para confirmar su posible eficacia clínica y queda, por tanto, un amplio campo de conocimiento por descubrir en relación a las aplicaciones terapéuticas reales de las plantas.

La fitoterapia tiene remedios para todos los males y se pueden considerar seguros en la medida en que las concentraciones de principios activos en la propia planta son bajas (solo las plantas venenosas o tóxicas revisten un peligro inmediato para la salud), por lo que el efecto no suele ser muy apreciable a corto plazo. Sin embargo, no se conocen los efectos que el resto de los componentes químicos de una planta pudieran tener sobre otras partes del organismo diferentes a las que se desea tratar. Asimismo, se ha demostrado que algunas plantas alteran la farmacocinética (absorción, actividad y eficacia) de diversos medicamentos, por lo que no deberían utilizarse cuando se sigue un tratamiento farmacológico, salvo que esté comprobado que no tienen interacciones con el mismo.
Ahora, en España la venta de plantas de uso medicinal está empezando a ser regulada y limitada a establecimientos autorizados, en los que únicamente se pueden vender en bolsas u otro tipo de envases precintados y de manera independientes, es decir, sin mezclar con otras plantas.

La fitoterapia moderna ha comenzado a basarse en los conocimientos de farmacología y se han generado miles de productos que se comercializan en parafarmacias, farmacias, tiendas de dietética y otros establecimientos autorizados que garantizan un uso correcto y seguro de los mismos, ya sea como complementos o suplementos nutricionales o preparados más complejos elaborados a partir de extractos de plantas.

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